sábado, 8 de agosto de 2009

Dinosaurio extraviado


Y cuando despertó, el dinosaurio ya no estaba allí. Sería porque ya había regresado a su cueva luego de terminada la fiesta. Recordaba como el dinosaurio disfrutó durante la fiesta: bailaba pero con mucha dificultad ya que sus patitas planas y colita alargada le impedían dar las vueltas que el quería con la chica que bailaba; tomaba cerveza, y con dificultad, porque requería usar sus dos patitas para tomarlo con firmeza y mandárselo por todo su desarrollado cuello; no pudo hablar con la chica que le había gustado por su gran vozarrón le hacía competencia a la música; y el flash intermitente del juego de iluminaciones molestaba a sus ojos que parecían puntitos. No pasó la noche tan bien. Solo fue a la fiesta porque ya se sentía viejo, quería compartir tiempo con los más jóvenes. El dinosaurio se sentía de la generación del jurásico y necesitaba divertirse para salir de ese pesimismo en el que se encontraba sumido. La única opción que le quedaba al dinosaurio era mover el bote. A lo mejor regresó a su país natal, la argentina, en el área de la Patagonia, donde lo encontraron o lo más seguro es que esté en el hospital porque sufrió una rotura cervical de tanto bailar.

1 comentario:

Escribidor dijo...

Excelente relato. El sentido del humor se hace presente a través de la creación de un dinosaurio humanizado que conserva su cuerpo animal (y de ahí todas las dificultades que se le presentan).
El final es muy chistoso, hace sentir pena al lector por la suerte del dinosaurio.
Un par de observaciones:
- Cambia algunas palabras repetidas que hay en la primera mitad del texto.
- Añade una que otra coma por ahí.
- Corrige: "porque su gran vozarrón".