viernes, 28 de agosto de 2009

El Puppet Killer

Los bosques nórdicos siguen igual de densos, llenos de calles que conducen directo a las criaturas de fantasía que lo habitan. La pequeña caza recompensas Susy Tzu se encuentra de cacería junto a su hermano menor Jerry. La brisa no deja de chillar, y Susy Tzu desespera por ese molesto silbido que entorpece su sensible sentido auditivo. Ve que ya es momento de detenerse, ya que la planicie donde se encuentran es adecuada para establecer el campamento. Hacer que su hermano instale todas las tiendas de campaña y que saque de la mochila el gran sillón inflable. Jerry sopla y sopla hasta que el sillón tenga la forma deseada.

Susy muy satisfecha por la tan perfecta labor de su pequeño hermano decide sentarse cruzada de piernas en el sillón para compartir unas galletas de la pequeña caita metálica para compartirlas con Jerry. Susy está exhausta, por lo que deja que su hermano se termine toda la caja de galletitas, tal era su hambre que este dejaba caer incontables migas al suelo y otras tantas que se las llevaba el viento. Susy está muy contenta de ver como riega los restos de galletas al suelo y esboza una sonrisa enternecedora. Saca de su pequeña cartera su pipa y la llena cuidadosamente de líquido para luego de varias probadas crear las más coloridas burbujas. Pasaban los minutos y entre minuto y minuto juega con su collar deberlas y se quita su gran sombrero para ventearse.

Es ahora y con este aburrimiento cuando Susy decide abrir el maletín que contiene a su más querido juguete, El Puppet Killer. El Puppet Killer es un arma de fuego muy peculiar, con doble cañón, mira a larga distancia, de gatillo suave y de color rosa pastel. Susy se queda admirándola y puliéndola con un pañuelo. El viento se detiene, y Susy junto con su hermano Jerry detienen sus actividades.

—Ya llegaron, no, ellos ya están aquí, observándonos.-dijo Susy-sabía que no resistirían el olor de las galletas. Prepárate Jerry, agarra tu red más grande para guardarlos para cuando estén muertos.

—Sí hermana.- respondió muy educadamente Jerry.

Sin un esfuerzo mínimo Susy da un brinco para bajar de su cómodo sillón. Agarra fuertemente su Puppet Killer y busca con la mira hacia todas las direcciones, pero Susy no logra ver nada. Se crea un silencio incómodo, baja el arma y empieza a mira muy despacio en círculos para detectar a sus presas. Jerry se encontraba temblando pero bastante decidido empuñando la red gigante. Jerry siente a sus espaldas que algo diminuto se mueve, traga un poco de saliva y voltea lentamente para ver qué es. Para su sorpresa se encuentra con Elmo, que muy sigilosamente recogía todas y cada una del las migas de galletas que cayeron al suelo minutos antes. Elmo se percata que está siendo observado y con la boca abierta y ese pelaje rojizo que lo hace inconfundible entre las otras especies pega un grito y sale corriendo dejando atrás todas las migajas.



Susy Tzu da vuelta para ver y lanza un disparo de su Puppet Killer hacia los árboles. Pega una carrera detrás de Elmo, que corría desesperadamente hasta donde sus patitas se lo permitían. Susy desesperada se lanza en el aire, cierra un ojo y oprime el gatillo que da en el blanco. Elmo se encuentra arrodillado y luego de un segundo cae muerto al suelo.

Susy se recompone y agarra el cuerpo de Elmo y lo lanza hacia la red que tiene su hermano, él la abre y Elmo queda aprisionado. No hay mucho descanso porque de entre los árboles resurge con vuelo majestuoso Abelardo. Posa sobre una rama y emite sonidos propios de un ruiseñor que advierte venganza.

Abelardo levanta vuelo en picada para investir a la pequeña Susy, pero antes que éste coja viada Susy le da un disparo directo, eso logra que Abelardo pierda el control sobre sí mismo y de vueltas sin control en el aire, obteniendo un trágico fin al estrellarse contra el tronco de un árbol.

—Con este ya tengo plumas para mi sombrero.- dijo riéndose Susy.

Con esos últimos ataques Susy se había alejado bastante del campamento y al regresar se encuentra con la Rana René que forcejeaba el equipaje con Jerry. La Rana René al ver que Susy se aproximaba deja caer el equipaje y pega grandes brincos hacia el estanque. Jerry hace lo posible para impedir que escape, pero Susy lo detiene a su hermano y le dice:

—Déjalo que corra, así es más divertido.

La intrépida Rana René logra salir ileso resguardándose en la poza, pero no tan a salvo, por lo que Susy saca una granada de uno de los bolsillos de su falda y la arroja dentro del charco. La Rana René en un intento desesperado por sobrevivir intenta salir asomando patas a la superficie, -muy tarde- la granada hace explosión y la Rana René sale volando completamente rostisada por los cielos.

Susy guarda los últimos restos en la red gigante y sale corriendo junto con su hermano a la salida del bosque. Poco antes de la salida se ven rodeados por una manada de criaturas como el Conde Contar, el monstruo come galletas, Archivaldo, entre otros, que les tenían bloqueada la salida. Susy se para firme y levanta un poco su sombrero con la punta del Puppet Killer. Había sido una tarde divertida y ella ya estaba cansada, apenas podía mantenerse en pie, pero al parecer faltaba un poco más de este día. Después de todo con los otros que había capturado ya tenía para hacerse unos pares de medias.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Aflojas al narradoooor. ¿!Qué son esos cambios de tonos Luis Miguel?! Me gustan mucho mucho tus historias. Mmm.. ese par me resultan familiares. jajaja. =)

Unknown dijo...

!Viva Susy Tzu!